miércoles, 2 de junio de 2010

La burra Rita

Un burro fue mi maestro



Bien dicho era una burra.


En la senda del Barranco del Infierno.


La burra terca por la vereda,


se detuvo y se detuvo,


quieta y terca la burra.


Ni a varazos arrancaba,


la burra blanca e inmóvil.


Sobre la senda del Barranco del Infierno,


justo sobre nuestro trayecto,


una avalancha despeñada


de rocas y pedruscos,


olor a pólvora.


Terca la burra nos salvó


al escuchar lo esencial.

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